Preguntas frecuentes.
¿Qué es una hernia?
Una hernia es un orificio (defecto o “agujero”) en los músculos de la pared abdominal a través del cual pueden sobresalir los órganos intraabdominales. Estos defectos ocurren en áreas que son “naturalmente” débiles como: región inguinal (ingle); ombligo; línea media por encima del ombligo o en áreas de debilidad (incisiones o cicatrices) causadas por cirugías previas. Los pacientes perciben una hernia abdominal cuando identifican un abultamiento (tumoración) ubicado en la pared del abdomen causado por la protrusión de los órganos intraabdominales a través del defecto o anillo herniario.
¿Cuáles son los diferentes tipos de hernia?
Las hernias abdominales se clasifican según su localización y se encuentran principalmente en la región inguinal, ombligo, epigastrio (línea sobre el ombligo) y sobre incisiones quirúrgica.
Hernia inguinal.
Es el tipo más común de hernia abdominal. Ocurre principalmente en hombres debido a la falta de cierre del canal por donde pasa el testículo hacia el escroto en la niñez y adolescencia, o por debilidad en el área de la ingle, especialmente en pacientes mayores. En los hombres, pueden descender a la región escrotal, pudiendo llegar a ser de gran volumen. Aunque es menos común en las mujeres, las hernias inguinales conllevan un riesgo de complicaciones (encarcelamiento/estrangulamiento, que requieren cirugía urgente). Molestias/dolor en la ingle cuando el paciente realiza actividades físicas/aumento de la presión intraabdominal es el síntoma principal. El dolor puede irradiarse al testículo/escroto. A medida que la hernia aumenta de tamaño, se puede notar el bulto en la región inguinal.
Hernia umbilical.
Puede ser causada por el cierre imperfecto del anillo umbilical, un sitio de debilidad en los músculos debido al paso del cordón umbilical. La mayoría de estas hernias son congénitas (por cierre inadecuado de la cicatriz umbilical), es decir, nacemos con ellas y se manifiestan durante la infancia. En niños, el cierre espontáneo del anillo herniario puede ocurrir hasta los 2 años de edad, no requiriendo ningún tipo de tratamiento.
La región del ombligo representa un área de debilidad en la musculatura de la pared abdominal y los adultos también pueden desarrollar hernias en esta región. El aumento de la presión intraabdominal provocado principalmente por la obesidad, el embarazo, la tos crónica o el esfuerzo abdominal excesivo son factores que aumentan el riesgo.
Los síntomas consisten en la aparición de un bulto identificado en o alrededor de la cicatriz umbilical, que aparece o empeora con la tos o cualquier esfuerzo físico.
Hernia epigástrica.
Consiste en una falla en el cierre correcto de la línea media o debilidad por el paso de vasos sanguíneos a través de la musculatura. Se manifiesta como la aparición de un bulto en la mitad del vientre, arriba del ombligo. Su contenido suele ser grasa abdominal.
Hernia incisional o eventración.
Son protuberancias que se producen en sitios de cicatriz quirúrgica. Ocurren en aproximadamente el 12% de las incisiones realizadas, por lo que son relativamente frecuentes. Pueden aparecer meses o incluso años después de la cirugía. Ocurren debido a fallas en la cicatrización de los tejidos musculares suturados (cosidos) en una cirugía para cerrar el corte/incisión. Los pacientes fumadores, diabéticos, obesos, desnutridos, con infecciones en heridas quirúrgicas y cirugías de emergencia son los principales grupos de riesgo para desarrollar estas complicaciones. Las cirugías laparoscópicas o robóticas, aunque se realizan a través de incisiones más pequeñas, tienen un menor riesgo de desarrollar hernias incisionales.
¿Cuáles son los síntomas que provocan las hernias?
El paciente presenta una tumoración (un bulto) que suele aparecer durante los esfuerzos o la estación de pie y desaparecer durante reposo (acostado). Dependiendo del tipo de hernia puede generar desde sensación de pesadez hasta dolores intestinales tipo cólicos.
¿Cuáles son los riesgos de tener una hernia?
La complicación más temida relacionada con las hernias es la estrangulación de los órganos abdominales, especialmente del intestino, dentro de la hernia. Esta situación es una emergencia médica y el tratamiento quirúrgico debe ser inmediato. Con la estrangulación, se produce una interrupción del flujo sanguíneo al órgano, lo que provoca isquemia y necrosis en unas pocas horas. En los casos de estrangulamiento, el paciente presenta dolor intenso localizado e hinchazón en la zona que no disminuye ni desaparece con el reposo. Además, puede haber síntomas de obstrucción intestinal: distensión, vómitos y falta de eliminación de gases y heces.
¿Cómo se diagnostica una hernia?
En la gran mayoría de los casos, la historia clínica asociada al examen físico es suficiente para realizar el diagnóstico de hernia, sin necesidad de ningún otro examen. Cuando el médico tiene dudas sobre el diagnóstico, pueden ser necesarias pruebas de imagen. La ecografía abdominal es el examen más solicitado, sin embargo, la tomografía computarizada puede ser importante principalmente para las hernias incisionales (eventraciones) y para la planificación quirúrgica.
¿Cuál es el tratamiento de las hernias y eventraciones?
El tratamiento de las hernias abdominales es esencialmente quirúrgico. Las hernias pequeñas y asintomáticas pueden eventualmente tratarse de manera conservadora solo con observación. Sin embargo, por tratarse de un defecto en la musculatura, la única manera de corregir definitivamente una hernia es mediante cirugía. La cirugía se puede realizar de forma convencional (abierta por corte) o laparoscópica (mínimamente invasiva).
Se desaconseja el uso de cinturones o bragueros.
Cirugía abierta.
Sigue siendo la técnica más utilizada en la actualidad. Las principales ventajas de las técnicas abiertas o convencionales son que se pueden realizar con anestesia local, la técnica es más fácil de realizar, bajo riesgo de complicaciones graves y menor costo. Las principales desventajas son el mayor riesgo de complicaciones de la herida (incluida la infección), mayor dolor postoperatorio, mayor tiempo de recuperación y retorno a las actividades habituales.
Cirugía laparoscópica.
Consiste en realizar la cirugía a través de pequeñas incisiones. Se insufla un gas dentro del abdomen del paciente para crear espacio para que el cirujano use instrumentos pequeños y corrija la hernia con sutura y/o colocación de malla. Las grandes ventajas de esta técnica son: una recuperación más rápida, menos dolor, una vuelta a la actividad más rápida, menos complicaciones de la herida quirúrgica. Sin embargo, las principales desventajas son: necesidad de anestesia general, mayores costos, técnica más difícil de realizar, mayor riesgo de complicaciones graves.
La evaluación con un cirujano experimentado es fundamental para evaluar cada caso individualmente y definir la mejor técnica para cada paciente.
¿Qué es una malla protésica y porqué se usan en la reparación de las hernias?
La malla quirúrgica o implante o prótesis quirúrgica hace referencia a un material actualmente muy utilizado para el tratamiento de las hernias de la pared abdominal. Están fabricados con polímeros biocompatibles desarrollados especialmente para este fin. Consiste en un dispositivo, generalmente plano, que se asemeja a una pieza de tejido muy resistente, que se utilizará para reforzar los tejidos naturales del paciente. Suelen incorporarse al cuerpo del paciente, permaneciendo allí de forma permanente (prótesis). El uso de mallas en cirugías de hernia abdominal disminuye significativamente el riesgo de recurrencia (retorno de la hernia) y puede disminuir el dolor posoperatorio. Sin embargo, se han informado efectos adversos del uso de mallas, como complicaciones graves tipo seroma o infección. La valoración individualizada con el cirujano valorando los riesgos y beneficios de su uso es fundamental.
¿Cuáles son los cuidados después de la cirugía?
La recuperación postoperatoria inicial es rápida y el paciente puede ser dado de alta el mismo día o dentro del primer día de la hospitalización, según el tipo y el tamaño de la hernia. El cuidado inicial de la herida quirúrgica sigue el mismo patrón que cualquier otra cirugía: mantenerla limpia y seca. Los pacientes suelen experimentar dolor/malestar durante los primeros 3 a 7 días después de la cirugía que disminuye progresivamente. Se recomienda evitar conducir durante 3-5 días. El regreso a las actividades habituales generalmente ocurre después de 7-15 días. Deben evitarse las actividades físicas más intensas; levantamiento de pesas y ejercicio abdominal durante 4 a 6 semanas después de la cirugía. Estas pautas sirven como una guía general. Sin embargo, la evaluación individualizada, incluida la edad del paciente, la ubicación y el tamaño de la hernia, el tipo de cirugía realizada, son esenciales para definir el cuidado posoperatorio.